Sueño II: El elefante

domingo, 18 de diciembre de 2016

Salto del gran acantilado y me sumerjo en el mar. Toco el fondo y no subo a la superficie. Ese fondo es espectacular. Es color tan vívido, intenso, que restalla como un sonido. Me embriaga y aturde la cabeza como el alcohol. El elefante ha llegado y su color es superior. Está formado de pequeños y complejos dibujos, como un mandala de miles de colores. Sabía que llegaría antes de que lo hiciese.

Estoy de pie sobre el elefante. Los talones juntos, los brazos abiertos en "T". Mi pelo está hecho de algas verdes. Por supuesto, es un verde muy vivo. Flota sobre mi cabeza. Quiere alcanzar la superficie. 
Visto de manera primitiva. Voy vestida con una especie de bikini de cuero rojo muy intenso. Hay pintura roja por mi cuerpo. Así avanzamos por esa selva marina. De cada roca de color, cada alga, cada grupo de corales, salen miles de burbujas también coloreadas. Cientos de pequeños peces de muchos colores saturan la escena con más color. Resulta obsceno y los colores cada vez son más fuertes e intensos. El sueño va a estallar pero no me despierto.

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