Niño prodigio

sábado, 8 de marzo de 2014

Siempre he opinado una cosa: niño prodigio igual a vida intensa, igual a vida corta.

Muchos personajes históricos, entre ellos Mozart, lo han demostrado.

Es sabido por muchos que a los cuatro años Mozart ya daba conciertos. Su padre lo paseaba por Europa como a un mono de feria para exhibir sus talentos musicales. En los carteles de sus conciertos anunciaban:

"Toca el clave con los ojos tapados, reconoce desde lejos todas las notas y todos los instrumentos. Improvisa al clave y al órgano en cualquier tono". 

Un reclamo esperpéntico que demuestra que el exhibicionismo no es algo exclusivo y novedoso de los medios de comunicación actuales.

La vida del joven Mozart estuvo llena de contrastes: fue pobre, luego rico, famoso, olvidado. Y tras una vida tan intensa fue precoz también para su despedida del mundo.



0 comentarios: