TITANIA: (Despertándose) ¿Qué ángel me llama en mi lecho de flores?
BOTTOM: (Sigue cantando) [...] La verdad es que, ¿quién querrá perder su tiempo con la locura de las aves? ¿Quién discutirá con un pájaro por más que grite, píe y chille?
TITANIA: Te lo ruego, ser encantador, sigue con tus canciones; tu canto me fascina y mis ojos se han prendado de tu belleza- Y por tus brillantes méritos te confieso que te amo desde el momento en que te vi.
BOTTOM: Me parece, señora, que son cortas vuestras razones para quererme; sin embargo, si he de decir la verdad, pocas veces en nuestros tiempos el amor y la razón suelen ir juntos en buena compañía.


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